Creemos en una infancia donde cada niño y niña sea valorado y reconocido, reconocido como un ser único, individual, competente, con múltiples potencialidades y particularmente con diversas formas de ser, sentir y actuar. Y en esta diversidad es que comprendemos también que existen muchas formas de entender y relacionarse con el mundo y por lo tanto siempre estaremos ante la presencia no solo de una, sino de muchas infancias.

Comprendemos el espacio educativo, entendiendo éste más allá de lo meramente físico, como motor de transformación social, por esto es que otorgamos un valor especial a quienes componen este sistema de relaciones y comunicaciones. Trabajamos constantemente en propiciar espacios de diálogo y generar espacios de participación real y activa entre quienes forman parte de la comunidad educativa, niños/as, sus familias, los educadores y la ciudad, pues cada uno es parte importante en todo proceso de aprendizaje. En este contexto comprendemos este proceso como una actividad cooperativa donde todos participamos de distinta manera pero juntos somos responsables de co-construir conocimiento, identidad y cultura.

​

Por otra parte, la labor educativa de las Educadoras y Asistentes de párvulos se dota de sentido en la medida en que adultos se unen a los niños y niñas como un compañero/a de experiencia en esa permanente

​